lunes, 11 de agosto de 2008

Entre el "QUÉ" y el "COMO".


"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra" (Salmos 46, 10).
Es casi seguro que ya conocías este pasaje de los salmos, hay quienes hasta de memoria se lo saben; pero ese no es el punto, o tal vez sí: conocer de memoria el pasaje bíblico que contiene la promesa del Padre. Y continuar viviendo como si el Padre jamás hubiese dicho tal cosa, como si dependiera de nuestras propias fuerzas y dedicación.
"Estad quietos..." dice el Señor, esto es necesario para ver cómo Él hace.
Cuesta mucho, ¡vaya si cuesta! Nosotros, acostumbrados en otro tiempo a vivir como si dependiera de nosotros mismos, de nuestro propio esfuerzo y dedicación. Y un buen día viene el Señor y te dice: "estad quietos, y conoced que yo soy Dios".
Todos tenemos problemas, los de algunos son más graves que los de otros pero todos tienen un denominador común: la apremiante llamada del Señor a reconocer que sólo Él tiene el poder para sacarnos de esa situación tan incómoda.
Ese es el "QUE".
Pero nosotros siempre acostumbrados en otro tiempo a hacer las cosas de acuerdo a nosotros mismos, precisamos saber el "CÓMO".
"¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?" (Lucas 12, 25)
Nuestro Padre está pendiente de nuestras cosas, entonces... disfruta del milagro y no te desveles tratando de saber el COMO lo hará. No aprovecha en nada conocer de memoria el pasaje bíblico y la promesa, pero actuar como si jamás hubiésemos conocido tal pasaje y tal promesa.
"Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará" (Salmos 37, 5)
Por otro lado, si estás leyendo estas palabras, es porque Dios ha renovado su misericordia para con vos en el día de hoy, aún cuando te cueste creer en Él. Si tienes dudas, mirá el obituario del periódico y piensa que tu nombre hoy podría haber estado allí. Mayor razón para dejar todo en Sus manos.

No hay comentarios:

El hombre que cayó en un hoyo