miércoles, 13 de agosto de 2008

de barberos

Mi sobrina Angélica, que comienza a caminar su adolescencia, me contó esta historia... y la quise compartir con ustedes.

Un hombre fue a una barbería a cortarse el cabello, y entablo una conversación con la persona que le atendió. De pronto, tocaron el tema de Dios.


El barbero dijo:
- Yo no creo que Dios exista, como usted dice.
- Por que dice usted eso? - preguntó el cliente.
- Es muy fácil, al salir a la calle se da cuenta de que Dios no existe. O... dígame, acaso si Dios existiera, ¿habría tantos enfermos? ¿Habría niños abandonados? Si Dios existiera, no habría sufrimiento ni tanto dolor para la humanidad.



No puedo pensar que exista un Dios que permita todas estas cosas.
El cliente se quedó pensando, y no quiso responder para evitar una discusión
.
Al terminar de cortarse el cabello, el cliente salió del negocio y vio a un hombre con la barba y el cabello largo.
Entró de nuevo a la barbería y le dijo al barbero.
- Sabe una cosa? Los barberos no existen.
- ¿Como? Si aquí estoy yo. Le contestó el barbero.
- No...! dijo el cliente, no existen, si existieran no habría personas con el pelo y la barba tan larga como la de ese hombre.


- Los barberos si existen, es que esas personas no vienen hacia mi.
- Exacto...! dijo el cliente. Ese es el punto. Dios si existe, lo que pasa es que las personas no van hacia él y no le buscan, por eso hay tanto dolor y miseria y el barbero se quedó pensando...
"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve" (Hebreos 11, 1)

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