jueves, 4 de junio de 2009

Mentiras y mentiritas...


"No hablarás contra tu prójimo falso testimonio" (Exodo 20, 16)

Desde pequeños nos enseñaron que decir mentiras está mal y que merece el castigo de Dios... claro, pero luego nos enseñaron que hay mentiras y mentiritas (más chiquitas, inofensivas casi).

Hay quienes hacen esta diferenciación tan sonsa y tan falta de sentido común... miren lo siguiente:

"Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos."
Esto lo encontramos en Proverbios 6, 16-19.

Y sí, leíste bien... la segunda cosa que más aborrece Jehová (Yahvé o simplemente Dios, como quieras llamarle) es justamente la mentira.

Y Dios no hace diferencia entre mentira y mentirita... esa diferencia la pusieron los hombres mismos... para tratar de librarse de las consecuencias (cosa que no consiguieron)... o al menos para calmar su conciencia, pero... no hay que ser muy letrado para darse cuenta del error. Más aún, cuando miramos en la cita de proverbios que Dios vuelve a repetir lo mucho que aborrece la mentira.

"Es que si digo una mentirita blanca no le hago mal a nadie" me contestará alguno de mis lectores... jajaja perdón que me ría en tu cara amigo. Volvé a leer desde el comienzo. Para Dios no hay mentiritas blancas y negras... suaves o duras... para Dios solamente hay una clase de mentira, la que le ofende, la que nos vuelve desobedientes y rebeldes a Él.

¿Qué mal hacés diciendo una mentirita blanca? Justamente ese... decir una mentira. Y en contra de los que dicen mentiras... están los Mandamientos de la Ley de Dios... y esta tremenda cita en Proverbios 6.

Te pueden inventar cualquier excusa... pero lo único cierto es que si sos coherente al leer la Palabra de Dios te darás cuenta que no hay mentiras y mentiritas... la mentira no tiene sino un sentido: desobedecer un Mandamiento dado por Dios.

Y eso... eso es MUY GRAVE.

¿Qué hacer entonces? Reconocé que sos pecador y pedí perdón a Dios, acá te dejo una breve oración para que la hagas con todo tu corazón luego de repasar aquellas partes de tu vida que has visto y reconocido que hiciste mal:

Señor JESÚS, reconozco que soy pecador.

Gracias por sufrir y morir en la cruz por mis pecados.

Te abro la puerta de mi vida
y te recibo como mi SALVADOR y SEÑOR
y creo en mi corazón que tú eres el CRISTO,
el HIJO del DIOS VIVO que se levantó de
entre los muertos al tercer día.

Ven a mi corazón JESÚS, perdona mis pecados
y toma el control de mi vida.

Hazme la persona que tú quieres que yo sea.

Escribe mi nombre en el libro de la vida y no lo borres por favor.

Desde ahora en adelante eres mi SEÑOR y SALVADOR, y te voy a servir todos los días de mi vida.

En nombre de CRISTO JESÚS.

Amén

No hay comentarios:

El hombre que cayó en un hoyo