"Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mi" (Juan 14,6)
Ahora bien, Juan Pablo II dijo lo siguiente:
"5. Deseo concluir con una admirable página del Tratado sobre la verdadera devoción a María, de san Luis María Grignion de Montfort, que proclama la fe cristológica de la Iglesia: «Jesucristo es el alfa y la omega, "el principio y el fin" de todo. (...) Él es el único maestro que debe instruirnos, el único Señor del que dependemos, la única cabeza a la que debemos estar unidos, el único modelo al que debemos asemejarnos, el único médico que nos debe curar, el único pastor que nos debe alimentar, el único camino que debemos seguir, la única verdad que debemos creer, la única vida que debe vivificarnos, lo único que nos debe bastar en todo. (...)". (Juan Pablo II, “Cristo, único Salvador” Catequesis durante la Audiencia General de los miércoles –febrero 4 de 1998).
Veamos, en la Iglesia Católica se denomina catequesis (del griego κατηχισμός, de κατηχεῖν "instruir") a la tradición del depósito de la fe a los nuevos miembros que se inician en la Iglesia y su posterior instrucción. Lo que en las iglesias cristianas (los "evangélicos", "los evangelistas", los "aleluyas", etc etc) se llama Discipulado.
Ahora va mi pregunta:
¿Porqué los curas continúan insistiendo con la "intercesión de los santos"? (obviamente se incluye en esta pregunta la "devoción" a María, la madre de Jesús).
